Si la finalidad del diseño es comunicar, ¿por qué siempre digo que lo entiendo como un generador de cambios positivos?
Fácil, porque está en contacto con la sociedad y por lo tanto tiene el poder de comunicar de forma efectiva e influir directamente sobre ella. Tiene la capacidad de captar nuestra atención, hacernos reflexionar, invitarnos al cambio.
Si te parece que exagero, te pongo un ejemplo simple y presente en el día a día: las señales de tráfico.
Son códigos visuales que todos conocemos y gracias a ellas podemos desplazarnos de forma segura.
A través de formas, colores y tipografías se generan códigos visuales que pueden transmitir diferentes mensajes. ¿A que ahora parece que comunicar tiene otro sentido?
Últimamente se habla mucho de diseño sostenible pero, ¿Qué es exactamente?
Resumiendo mucho, podríamos decir que el diseño sostenible consiste en usar el sentido común y la creatividad para generar cambios positivos.
Esto puede ser muy amplio, si; pero también puede comenzar con algo tan básico como no robar tipografías o reconocer los derechos de autor de las imágenes que usas.
Por cierto, diseño ecológico y diseño sostenible no son lo mismo.
Podríamos decir que el diseño ecológico es el que tiene en cuenta el impacto medioambiental, de un producto o servicio, en todas las fases de su ciclo de vida.
Y por tanto, trata de minimizarlo sin que esto afecte a la calidad final (en el caso del diseño gráfico: calidad final = comunicación).
Mientras que el diseño sostenible, además de ser ecológico, debe ser sostenible a nivel económico y social. Es decir, la ecología es una parte fundamental de su filosofía, pero no la única.
Si quieres ampliar información sobre este tema puedes leer este artículo.
Y dicho esto, te traigo ejemplos de packaging que te van a encantar:
Packaging sostenible:
El packaging más sostenible, es el que no existe. Hazle caso a la primera de las 3 erres y reduce.
Esto es algo que Lush lleva tiempo haciendo: eliminar los envases que no son necesarios y dar la posibilidad de retornar y reutilizar lo que no pueden evitar.
Además, al convertir algo que se comercializaba diluido en agua (jabón o champú) en estado sólido, ocupa menos y por tanto, no sólo ahorran los recursos del envase, si no también en transporte.
– Pero ¿Cómo identifico un envase sostenible?
– Haciéndote preguntas.
No hay verdades absolutas y, a veces, es complejo escoger con criterio. Lo que está claro es que para mejorar, lo importante es no dejar nunca de hacernos preguntas. Algunas podrían ser:
- ¿Es seguro en todo su ciclo de vida?
- ¿Se han usado energías renovables en su desarrollo?
- ¿Puedo maximizar su uso?
- ¿Se puede recuperar con eficacia?
- ¿Qué condiciones laborales tienen las personas implicadas en su fabricación?
- ¿Dónde se fabrica? PISTA: si cumple todo lo anterior pero lo importamos de la otra parte del mundo, está aumentando exponencialmente su huella de carbono.
Te dejo también una reflexión, apoyada en imágenes: la basura no existe, es un concepto.
Si no, atenta al packaging de las mochilas Hemper, son bolsas de arroz a las que dan una segunda vida y que además, una vez cumplida su función, se pueden reutilizar. O a los sobres de Doshi Levien, hechos con fallos de impresión de otras empresas.
¿Ves a que me refería con que el diseño sostenible consiste en unir creatividad y sentido común?
Tengo varios ejemplos más en la recámara pero no quería que este post se hiciese muy largo. ¿Te gustaría que añadiese más ejemplos de materiales sostenibles para completar envíos? Tu pide, que yo escribo 🙂
Por cierto, te dejo aquí un check-list en PDF que forma parte de mi mentoring SOS Notes para evaluar con 8 preguntas la responsabilidad ambiental de tu empresa.